Me he tomado muy en serio esto de escribir, tanto que aquí estoy, un sábado, redactando como parte de mi compromiso diario. Además, estoy avanzando con un proyecto paralelo de recomendaciones de cine llamado Para ver hoy.
Como dije, me lo estoy tomando en serio porque quiero que mi vida gire en torno a la escritura. Y para eso no hay atajos: hay que escribir, obsesionarse con hacerlo y, sobre todo, hacerlo todos los días.
En pausa: Así mueren los perros
Mi novela Así mueren los perros está, por ahora, en una pequeña pausa. Lleva un 40% de avance, lo que me da tranquilidad porque todavía no llegamos ni a la mitad del año. Mi plan es terminarla en el tercer trimestre, probablemente en octubre o incluso antes.
¿Por qué la pausa? Porque estoy trabajando en otros proyectos que tienen más urgencia en este momento.
En progreso: Las eliminaciones
Actualmente estoy escribiendo una noveleta (o cuento largo, según cómo se le quiera llamar) de unas 10,000 palabras. Llevo un 25% y pretendo terminarla, como máximo, el miércoles de la próxima semana.
Te cuento de qué va: imagina algo como La purga, pero democrática. En una ciudad se celebran unas elecciones llamadas Las eliminaciones, donde los ciudadanos votan para decidir quién es la persona que más daño ha causado a la comunidad. El ganador de esta peculiar elección es ahorcado públicamente.
La historia se centra en los últimos diez días de campaña, con un enfoque especial en Humberto, un novelista que ha sido nominado ese año.
No sé si la trama es buena o mala, pero vino a mí en un sueño, y siento que debo escribirla. Además, quiero enviar el manuscrito a una revista de literatura especulativa cuya convocatoria cierra este mes. Así que el tiempo apremia.
Próximo proyecto: La Santa Ahorcada
Después de eso, mi siguiente proyecto será una novela corta titulada La Santa Ahorcada.
La historia sigue al Padre Santiago Luna, un detective de la fe encargado de investigar si los milagros que ocurren en la isla de Cauchiche —y que involucran a una misteriosa figura de una mujer ahorcada— son reales o no.
Curiosamente, ahora que lo pienso, ambas historias tienen ahorcamientos. Pero prometo que no tengo una obsesión con el tema.
¿Por qué le daré prioridad a esta novela corta en lugar de retomar Así mueren los perros? Porque quiero participar en un concurso de la Feria del Libro de mi ciudad. Aunque me hubiese gustado enviar mi novela en progreso, ya sobrepasé el límite de extensión permitido por las bases del certamen.
La fecha límite es a finales de junio, y en cuanto termine el cuento largo, dedicaré toda mi energía a esta historia.
Lecciones del proceso
He aprendido que a veces es necesario obsesionarse con cumplir las metas y ponerse límites claros. Aunque no gane nada o mi cuento no sea publicado, estos deadlines me mantienen enfocado y motivado para crear.
Al final, lo que realmente importa no es el resultado, sino el hábito de sentarme a escribir todos los días, de ver cómo las palabras se acumulan una tras otra. Es en ese proceso donde realmente estoy creciendo como escritor.
Nos leemos mañana.
Te quiero mucho.
En ocasiones viene bien presionarse un poquito. Yo he logrado terminar novelas mayormente por la presión social (subo capítulos semanales). El compromiso con los lectores es el que me motiva a seguir y darle un espacio a ese hábito de crear día con día sin importar las circunstancias.
¿Te parece si publicamos tu entrada en el Diario de Substack? Estará disponible en la emisión de mañana.
Todo oficio requiere práctica para alcanzar la maestría. El camino que elegiste es el mejor, te felicito.